El reflejo de succión está relacionado con el desarrollo fetal y neonatal y es notable, sobre todo, en los primeros meses de vida. Los bebés se chupan los dedos y, por supuesto, el chupete. Se trata de una succión no nutritiva que aporta calma y bienestar y que, lejos de que suponga un riesgo, es muy útil y beneficioso. Entonces ¿en qué se considera uso prolongado del chupete? ¿por qué los dentistas alertamos de su excesivo uso?
El reflejo de succión se inicia desde la vida intrauterina, en la que ocurren cambios a diario. Más o menos, en la semana 17 de gestación empieza a madurar este reflejo y lo hace hasta la semana 37. Para estimular el reflejo de succión en el recién nacido basta con poner al niño o niña en el pecho de la madre, pero también existen ejercicios orofaciales, dado que los recién nacidos también pueden presentar disfunciones orales que no permitan una succión correcta. Hablamos de masajes en el paladar del bebé, la encía y la lengua (es importante que consultéis antes de la realizar la técnica con un experto).
Reflejo de succión: el chupete tiene beneficios
Vamos a empezar por lo bueno: el chupete es un gran aliado, tanto para el bebé como para los padres y madres. Especialmente porque se vincula directamente con una menor incidencia del llamado síndrome de muerte súbita del lactante, asociado a bebés de menos de un año y que, aunque no es común, sí que es motivo de preocupación.
Dicho esto y ahora que ya conocemos qué es el reflejo de succión, vamos a abordar la cuestión de si el chupete puede deformar los dientes. Para ello, es interesante saber qué posición adquiere la boca del niño o niña cuando está succionando. Cuando succionan el chupete, los dientes centrales inferiores sufren un ligero desvío hacia dentro y los centrales superiores un ligero desvío hacia fuera. La consecuencia, a futuro es una posible mordida abierta que, como sabéis, no permite que los dientes se cierren correctamente o una posible mordida cruzada, que ocurre cuando los maxilares superiores e inferiores no son paralelos.
¿Qué tiene que ocurrir para que se produzca esta maloclusión?
En términos generales, se deben dar los siguientes factores para que se produzca una malformación.
- El bebé succiona el chupete más de seis horas al día.
- El bebé succiona con fuerza e intensidad (si simplemente lo sostiene entre los labios no tiene efecto)
- El niño o niña lleva chupete hasta los tres años, aproximadamente.
Pero te damos un dato más: aunque se acabe produciendo algún desvío como los que hemos comentado antes de los tres años (recomendamos retirarlo antes), en la mayoría de casos es un proceso reversible que se corrige tras ser retirado el chupete, durante los meses siguientes.
Ante la duda, prevención
Sin obsesionarse con esta cuestión, es importante que los padres y madres ayuden a que el bebé haga un buen uso del chupete y que no se convierta en un hábito constante. También es fundamental que, a partir de la erupción de los primeros dientes, el niño o niña venga a sus primeras revisiones en el dentista. Nuestros especialistas en odontopediatría pueden valorar, con el tiempo necesario, el estado de la boca y si el chupete puede suponer algún problema en la dentición.
¡Velamos por la salud de los más pequeños de la casa!
